Uso de luces delanteras
Las luces frontales son aquellos dispositivos que tienen los vehículos que al parecer tan obvio su uso, nadie se atreve a preguntar cómo se usan. A continuación desarrollaremos su uso y su mantenimiento.
El mantenimiento previo de las mismas, resulta importante para usarlas cuando sea necesario. Para ello, es muy práctico chequearlas cada vez que estacionamos en nuestro estacionamiento a la noche. Esto consta de llegar entrar al estacionamiento con las altas para que nos indique qué tan cerca estamos de la pared y luego pasar a las bajas para ver que se prenden las dos para luego apagar el vehículo. Este chequeo es muy rápido y sencillo y cuando algo no está bien, el cambio de iluminación te hace llamar la atención para luego chequear cual es el inconveniente.
Puede ser que esté de más, pero no se puede dejar de mencionar que las ópticas hay que llevarlas limpias porque perdería su funcionalidad y porque la autoridad de aplicación te puede llegar a multar. Esta recomendación puede ser interesante cuando se viene de cruzar un lugar pantanoso o con mucho barro donde incluso el vehículo anterior puede embarrar tus ópticas con el barro que despide de las ruedas traseras.
Un detalle a tener en cuenta, es en los momentos que se va a realizar un viaje con el vehículo cargado, donde el auto se aplasta de cola y las luces frontales tienden a levantarse. En esos momentos hay que comprobar el reglaje o nivelación de los faros porque es más posible deslumbrar. Para ello se abre el capot, y al lado de las luces se tiene una ruedita o dispositivo que regula las luces para abajo o para arriba. Para hacerlo se debe leer primero el manual del usuario. Una vez que el auto se liberó de la carga, no hay que olvidarse de volver las luces o su nivel original.
Las luces de posición son las que menos atención le prestamos, pero son las que de noche nos indican el lugar donde está el vehículo y el ancho del mismo. Las solemos pasar por alto porque siempre que se prenden las luces primero se encienden las de posición, pero también hay que prenderlas cuando se estaciona en la banquina (además de las balizas) para indicar si el vehículo apunta para un lado o al otro.
Las luces bajas (o también conocidas como cortas), se usan siempre de noche en todas las vías pero también se usa de día cuando hay presencia de niebla, lluvia copiosa, nevadas, nubes de polvo o humo y en lugares oscuros como los túneles.
Durante el día sin dificultades, también hay que utilizarlas si no se tienen Daytime Running Light (conocidas como las DRL) para que te puedan ver de mayor distancia. En rutas nacionales es obligatorio aunque pueden ser reemplazadas por las DRL con excepción de la Provincia de Córdoba que no permiten su reemplazo.
Las luces altas, a diferencia de las bajas, se emplean solamente de noche y en rutas con insuficiencia de iluminación. Como si fuera poco, debe cambiarse si se deslumbra a peatones, otros conductores de frente o por los retrovisores. Por ser luces que deslumbran, es que a pesar de parecer ópticas simétricas, no lo son, ya que a la izquierda ilumina más abajo para tratar de no encandilar al conductor que viene de la mano contraria y a la derecha es más alta para ver mejor la aparición de un peatón. Esta asimetría se rompe cuando se cambia la lámpara original para la óptica diseñada y esto es muy común cuando se ponen las luces de xenón pero también ocurre cuando se pone otra lámpara que no es la indicada por el fabricante. Justamente este motivo de que encandilan a otros es por lo que no deben utilizarse en la ciudad. Para saber cuando es el momento de encenderlas es cuando no se lea una matrícula a 10 metros o un vehículo oscuro o señal de tránsito a 50 metros, circulando a más de 40 km/h.
Como hemos visto, las luces no solo nos iluminan el camino, también avisan a los demás si venimos o si vamos y qué lugar ocupamos en el carril... En definitiva, nos ayudan a ver y a ser vistos y por ello debemos aprender a usarlas y cuidar de ellas.
En los siguientes links, puede obtener mas información relacionada al tema
